Por qué Facebook se niega a añadir un botón NO ME GUSTA

Lo reclaman los usuarios (la página Dislike Button cuenta con más de 3 millones de adhesiones) pero se oponen… los anunciantes.
Facebook se lo ha planteado, y la interactividad de la red aumentaría al posibilitar una opinión negativa que enriquecería el feedback de páginas, comentarios, actualizaciones y demás. Y esto es justamente lo que no quieren los fabricantes. Necesitan un consumidor plano expuesto únicamente a estímulos positivos, en un escenario idílico donde las manifestaciones de disgusto o rechazo no puedan ni siquiera existir.
Vivimos bajo la dictadura visible de los mercados (al fin y al cabo los políticos no son sino ejecutores de los programas del FMI, una institución que baila al son de los movimientos financieros que marcan la economía global), pero bajo la dictadura invisible de los anunciantes encargados de abducirnos a un imaginario donde el consumo es felicidad sin alternativa posible.

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